miércoles, 21 de abril de 2010



El tiempo que pasé en Barcelona fue fantástico. De hecho, yo absolutamente me veo viviendo aquí. Es la única otra ciudad, aparte de Nueva York, que yo me veo caminando por la calles y nunca cansándome de mi ambiente. Desde que llegué, he aprendido mucho sobre la ciudad y su historia y también de mi misma. Aprendí de la cultura catalana, de la cual no sabía nada cuando llegué. Ahora puedo contar la historia de la región y Barcelona sin pensar mucho. También puedo hablar unas palabritas en catalán y muchas veces prefiero hablarlo cuando puedo.

Yo no creo que soy más independiente como ya tengo desde los 13 años viviendo fuera de casa, pero creo que si aprendí a hacer cosas para mi porque quiero y no porque me siento obligada hacerlas. Hacer las prácticas con Christian me hizo pensar si yo debo cambiar de carreras y quizá ir a una escuela de derecho o trabajar por el gobierno en vez de quedarme en las ciencias.

Estar en Barcelona me hizo apreciar la persona que yo soy. Los catalanes tuvieron tantos años sufriendo porque muchas veces personas como Franco trataron de exprimir su identidad. Esa pasión y espíritu de luchar para una identidad propia rodea la ciudad todo el tiempo. Yo creo que yo he inhalado este espíritu también y en algún tiempo quiero poder decir que soy catalana.


La primera vez que yo fui a Montjüic fue para un entreno de judo de mi hermana Mónica. Almudena y yo no queríamos sentarnos para 4 horas y esperar hasta que ella terminara pues nos fuimos a Pueblo Español para ver como era. Yo estaba esperando un lugar inmenso, y como un mercado, lleno de gente y personas vendiendo productos de todas partes de España, como en la Boquería. Pero cuando entramos no fue así. El pueblo estaba muy aislado y era mucho más pequeño de lo que yo creía. Todo aparecía sintético como los países de Epcot en el Mundo de Disney.

Una cosa que me apareció extraño fue que la plaza en la cual entramos era la Plaza Mayor de Madrid y no Plaça Sant Jaume u otra plaza de Barcelona. La idea de construir el pueblo fue empujada por unos de los arquitectos catalanes mas famosos, Puig i Cadafalch y el propósito del pueblo era para la Exposición Internacional de 1929. Entiendo que el pueblo tiene que representar España entera pero ni siquiera la parte de Barcelona sentía verdadera. Caminando por el pueblo me dio una sensación de lo que Franco estaba haciendo a España durante su dictadura. Es decir que se sentía que ningunas de las zonas tenían vida o identidad. No me gustó para nada el Pueblo Español.


Fui a Cadaqués el 10 de Abril para mi excusión de “Self-searching”. Me recuerdo muy bien cuando llegué al pueblo. Estaba en el autobús de SARFA cuando giramos una esquina y vi el agua mas azul que había visto en mi vida entera. Sabía que no iba querer irme.

Lo que me interesó más que todo de Cadaqués era lo único que era la naturaleza ahí. Cadaqués se llama así porque hay dos tipos de vegetación que domina el paisaje. Se llaman cadarq y otra que no sé como deletrear. Estos nombres de la vegetación fueron combinados para dar el nombre al pueblo, Cadaqués.

Cuando estaba ahí conocí a un científico que tiene más de 10 anos estudiando el agua de Cadaqués. El me explicó que cada año pasaba un fenómeno que se llama “el tiempo de paz.” Esto pasaba cuando la nieve de los Pirineos se estaba derritiendo y creaba un rio subterráneo en el mar mediterráneo. Esto cada año crea unas columnas rojas y muy altas que por mucho tiempo no sabían que eran. Pues este científico bajó en el mar en una submarina (a 400 metros) y pudo identificar que las columnas rojas eran krill, comida de muchos animales acuáticos, especialmente ballenas. Pues durante este tiempo estas columnas atraen todos tipos de animales. Desde Cap de Creus yo pude ver atunes saltando, y también vi los pescadores felices huyendo a pescarlos.

Mi tiempo en Cadaqués fue fantástico y estoy tan alegre que la escogí para hacer mi excursión.

domingo, 18 de abril de 2010

A mi me ENCANTA el agua. Cada vez que la veo quiero brincar adentro y coleccionar muestras para analizarlas. De todos los cuerpos de agua que he visto, Cadaqués absolutamente es mi favorito. Yo tenía una sonrisa tan grande el tiempo entero que estaba ahí porque el agua era fenomenal. En orden: el mar mediterráneo desde Barcelona, una riachuelo en Torroja, un rio en Segovia, un de los ríos de Segovia, un riachuelo que vi cuando estábamos conduciendo hacia Montserrat, unas cascadas de Port Aventura, el mar mediterráneo desde Cadaqués, y el mar mediterráneo desde Valencia.








domingo, 4 de abril de 2010


Estaba mirando nuestro horario por nuestro fin de semana en Madrid y vi “Visita al Prado.” Le pregunté a mi compañera, “¿Qué es el Prado?” Ella me miró como si fuera loca. “El Prado es uno de los museos de arte más conocidos del mundo.” “Oh” le dije y me sentí instantemente tonta.

Lo que yo aprecié más que todo en Madrid no era el arte pero el baile. Aún que pasamos la mayoridad de nuestro tiempo en dos museo fantásticos, el Prado y la Reina Sofía, me impactó más el poco tiempo que miramos el espectáculo de flamenco y bailamos salsa en un restaurante Cubano. Pero no es decir tampoco que ver “Guernica” o “El Gran Masturbador” no me impresionó para nada.

Vimos el espectáculo de flamenco el viernes que estuvimos en Madrid. Creo que ha sido mi parte favorito de todas nuestras excursiones (con la excepción de nuestro tiempo comiendo). La pasión y la emoción con las cuales bailaron los bailarines me hicieron pensar ¿Por qué es que este baile no es el baile nacional de Cataluña? Actualmente, la sardana es el baile nacional de Cataluña pero creo que no se complementan. La sardana es un baile muy sencillo y no puedo asociar ninguna emoción con el baile. Para mí, no evoca ninguna de las emociones que evoca Cataluña/Barcelona. Cataluña tiene una historia muy particular con raíces muy fijas en un pasado de majestad y también tiene una identidad propia. Esta identidad ha sido desafiada muchas veces y Cataluña, con mucha fuerza, pasión y lagrimas, ha tenido que defenderla.

Andando por las calles de Madrid me dio una sensación de una ciudad imperial y más que todo, una ciudad típica de una capital con nada muy única. No tenía una identidad y no me evocaba el mismo sentido de vida que me da Barcelona. Siento la misma cosa cuando veo personas bailando el flamenco y la sardana. Sé que el flamenco viene de Andalucía pero esa pasión asociada con el baile me hace pensar en Cataluña . . .

La Sardana:


El Flamenco:

martes, 30 de marzo de 2010


Este trencadís viene del patio de la Casa Batlló, una de las famosas casas de Gaudí. Está situada en 43 Passeig de Gracia en Barcelona y es la casa de mis sueños. Como he mencionado antes, yo soy una persona de detalles y me encanta analizar todo. Cuando yo vi esta casa por la primera vez, creía que era bella pero no tenía ni idea el profundo simbolismo que cada elemento de la casa tiene.
Gaudí era muy consciente de que todos los elementos de sus creaciones tenían un propósito. Esta casa es un ejemplo perfecto. La fachada de la casa es un homenaje a la leyenda de Sant Jordi, el santo patrón de Catalunya. Cuando nuestra guía nos dijo esto, yo me iba reír. Pensé, ¿como es que una casa puede representar una historia?

La leyenda de Sant Jordi empieza en un pueblo que estaba siendo aterrorizado por un dragón. Para apaciguarlo, el pueblo le daba ovejas para comer. El dragón se cansó de las ovejas y quería humanos en su sitio. El pueblo creyó una lotería para que sea justo quien iba ser consumido por el dragón. Seis victimas fueron escogidas cuando la princesa fue escogía como la siguiente victima. Cuando la princesa estaba llegando a donde estaba el dragón, Sant Jordi estaba acercándose al pueblo y la vio. Él mató el dragón con su espada y de la sangre del dragón salió una rosa roja.

Gaudí era muy orgulloso de su patrimonio Catalán y trató de usar esta influencia en todas sus obras. En esta obra él usó la leyenda de Sant Jordi en los elementos de la fachada. El techo, es el dragón y la estructura con la cruz es San Jordi. Las ventanas del piso principal representan la boca del dragón. Los seis miradores más cercanos a estas ventanas son las victimas. El mirador que está más arriba, en forma de una rosa, representa la princesa. Solamente Gaudi pudo contar una historia sin usar palabras pero detalles en un diseño de una casa. Su atención a los detalles las tejas del techo, sus formas, los colores, etc. hacen esta casa una maravilla. Si Gaudi estuviera vivo ahora seguramente tendríamos una conversación sobre la importancia de los detalles.

Pista de la nueva foto: Es parte de una obra hecha por otro arquitecto modernista . . .

miércoles, 17 de marzo de 2010


Después de hacer la comida (y no el almuerzo) fuimos a un centro comercial. La Gran Vía 2 estaba llenísima de gente haciendo compras para el día de los Reyes. Yo lo he celebrado en la República Dominicana pero allá se hace un poco diferente. Se tiene que ir al monte para buscar una hierba especial que comen los camellos de los Reyes. Esto y unas mentas (para los Reyes) se ponen debajo de la cama. Los Reyes (o tus padres) son los que cambian la hierba por los regalos.

Caminando por las tiendas me sorprendió que no hubiera una diversidad en los tipos de razas. Era como yo nunca me había ido de Trinity. No entendía esto mucho porque la Republica Dominicana fue colonizada por España y allá hay una gran diversidad en la gente que viven ahí. Es decir que tienen unas raíces fijas y no son inmigrantes. Creo que estaba esperando población así pero yo otra vez era parte de la minoridad. Desde que hice mi bachillerato hasta me tiempo a Trinity, siempre he sido parte de una minoridad y por una vez creía que esto iba a cambiar.
Barcelona es la capital de Catalunya. Esto no era información importante hasta que llegué aquí porque no sabía que los catalanes tenían una identidad que era aparte del resto de España. Esto me hacía sentir más como no me iba poder integrar en la población de Barcelona. Pues en este momento no sabía que pensar de lo que venía. Mi español era útil hasta un punto y yo no parecía española.

Mirando hacia este primer día mis pensamientos han cambiado mucho. Yo me siento completamente integrada. Yo empecé a aprender catalán y mi vocabulario del castellano ha aumentado bastante. También he podido empezar a entender porque Catalunya siente tan fuertemente de su identidad única. Absolutamente no me siento como me sentía ese primer día en Barcelona.